La semana escribisteis un diálogo con vuestra imaginación.
Hoy os toca leer tres diálogos y hacer comprensión de ellos.
Después de leer cada diálogo,
tendréis que responder a
un formulario de Google sobre ellos.
DIÁLOGO 1: “Las brujas” de Roald Dahl.
(Contexto: la abuela del narrador va a empezar a contarle historias sobre brujas)
Todo lo que me contaba sobre brujas había sucedido realmente y más me valía creerlo. Y lo que era peor, lo que era mucho, mucho peor, era que las brujas aún estaban aquí. Estaban por todas
partes y más me valía creerme eso también.
—¿Realmente me estás diciendo la verdad, abuela? ¿La verdad verdadera?
—Cariño mío —dijo—, no durarás mucho en este mundo si no sabes reconocer a una bruja cuando la veas.
—Pero tú me has dicho que las brujas parecen mujeres corrientes, abuela. Así que, ¿cómo puedo reconocerlas?
—Debes escucharme —dijo mi abuela—. Debes recordar todo lo que te diga. Luego, solamente puedes hacer la señal de la cruz sobre tu corazón, rezar y confiar en la suerte.
Estábamos en el cuarto de estar de su casa de Oslo y yo estaba preparado para irme a la cama.
DIÁLOGO 2: “Fray Perico y su borrico” de Juan Muñoz Martín.
(Contexto: es el primer encuentro de un joven Perico con el abad y demás frailes del convento)
El abad se sonrió y le preguntó: –¿Cómo te llamas? –Perico. El abad tocó la campana y los frailes acudieron de todos los rincones del convento y rodearon a Perico. Entonces el abad los enteró de que aquel hombre quería entrar en el convento. Los frailes, al verle tan colorado, tan rústico y con aquellos calzones de pana y aquellas botas, le preguntaron:
–¿Sabes leer?
–No.
–¿Sabes escribir?
–Tampoco.
–¿Sabes hacer cuentas? –Solo con los dedos.
–Entonces, ¿qué sabes hacer?
–Yo solo sé contar cuentos muy bonitos.
DIÁLOGO 3: “Manolito Gafotas” de Elvira Lindo.
(Contexto: Manolito y su abuelo han ido al centro de Madrid para comprar un cuerno de una trenca que su amigo Orejones le había arrancado de un mordisco)
No quería que yo le pusiera las botas en el mostrador, así que cuando tuvimos el cuerno en nuestro poder, dijo mi abuelo:
—Ya hemos cumplido con nuestras obligaciones; ahora vamos a darnos un garbeo por la Gran Vía, Manolito.
Y yo le contesté:
—Vale, cómo mola, abuelito querido.
Bueno, no le dije abuelito querido. Si le llego a decir « abuelito querido» a mi abuelo, me manda con suma urgencia a que me den un electroschock.
Fuimos a la Gran Vía. Y qué te crees que vimos: una manifestación. En mi barrio hay manifestaciones, pero no son tan bonitas como las que dan en la Gran Vía. Mi abuelo dijo:
—Vamos a quedarnos de bulto.
Ahora que los has leído, pulsa en el siguiente enlace para acceder al formulario de comprensión:
No hay comentarios:
Publicar un comentario